jueves, 13 de octubre de 2016

Confesiones a la lluvia

Yo sé que cambié, que no soy la misma que era. Sé que muchos se sintieron decepcionados por el cambio, un cambio que supuso el abandono de estar en sus vidas. 

A veces me pregunto si estaban tristes por mi marcha, porque de verdad me echaban de menos a su lado, o sencillamente porque habían perdido aquel hombro sobre el que llorar. 

Quizás yo, aunque me quedara sola, supe estar mejor acompañada que ellos, rodeados de muchas personas.
 
Mis cambios, unos cambios que necesitaba, aunque me hicieran daño. Gracias a ellos me alejé del pozo de la amargura, de esa cueva de depresión que yo misma había ido formando. Y ahora sencillamente bajo la lluvia dejo que mi mente divague entre los viejos recuerdos, recordando aquel día en el que todo terminó; en el que por fin mi vida dejó de estar dedicada a otras personas, y por fin llegó a estar en mis manos.

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